Llega un nuevo curso escolar y con él una nueva etapa. Por un lado me despido (espero que no por mucho tiempo) de una escuela en la que me he sentido como en casa por muchas razones, una de ellas por la cercanía de alumnado y compañeros de trabajo: la EOI de Montoro.
Por otro lado comienzo este curso en la escuela donde empezó todo para mí: la EOI de Córdoba. Aunque la escuela haya cambiado de situación, muchos de los profesores que un día me dieron clase siguen allí. Fue gracias a muchos de ellos que me contagiaron las ganas de aprender y el entusiasmo por las lenguas extranjeras, y porqué no decirlo, gracias a los cuales estoy por estos lares de la enseñanza de idiomas. Os imaginaréis mi sorpresa cuando ví que este curso iba a impartir clase allí y sobre todo que voy a compartir reuniones y tiempo con ellos. La sensación es de lo más extraño y la asemejo un poco al hecho de volver a entrar por las puertas del cole donde empecé a aprender de niña. Muchos recuerdos tengo como alumna y espero tener muchos más y mejores como profesora en esta EOI.
Para mis antiguos alumnos, mucha suerte en este curso que entra y ya sabéis dónde encontrarme. Y para mis nuevos alumnos, bienvenidos a mi blog, espero que os sea de ayuda.
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